Aunque en casa una rica ensalada siempre apetece, con el buen tiempo y el calorcito se aprecian todavía más, ¿verdad?
Ya lo he comentado en varias ocasiones, pero me he vuelto muy sensible y atenta al corte de los alimentos y de las verduras en particular. Me parece increíble que con un corte distinto los alimentos puedan llegar a resultar tan distintos siendo idénticos.
Desde que tengo un artilugio que permite hacer espaguetis, noodles o tallarines según como se ajusten las cuchillas, es un corte que me gusta usar para ensaladas de pepino y sobretodo con calabacín.
La ensalada de noodles de calabacín crudo con salsa chimichurri y la ensalada de calabacín crudo con nectarinas y aguacate son dos clásicos del verano en nuestra casa, y cuando van apeteciendo platos más otoñales con judión de la Granja y pesto son una pasada.
Resumiendo, me apetecía espiralizar otra verdura y esta vez le tocó a la remolacha cruda. Le sienta bien un corte finito para compensar su textura densa y más bien dura.
Con aguacate para el toque cremoso y menta para la chispa fresca resultó una ensalada muy rica para repetir una y más veces.
¿Soléis cambiar el corte de las ensaladas?¿Tenéis alguna receta con remolacha para compartir con nosotros?
¡Feliz semana a tod@s!
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