LECHE FRITA (sin freír, al horno)


Ayer era mi santo y me apetecía preparar algún dulce especial pero son estarme horas en la cocina ni pasarme de la cuenta comiendo. Y caí en que llevaba mucho tiempo queriendo probar leche frita, tan típica de estas fechas.

Y tampoco quería meterme a freír. Así que me decanté por preparar una versión light de la tradicional leche frita, con su sabor a canela y limón, su textura cremosita por dentro pero tirando del gril del horno.

Tengo que decir que el resultado nos ha entusiasmado y que ya me han pedido cuando repetía. Y sin fritura apenas da más trabajo que unas natillas de chocolate así que seguro volverá a caer pronto.

¿Soléis preparar leche frita por estas fechas?¿Cuál es vuestro dulce de Semana Santa favorito?

¡Feliz Semana Santa a los que podéis disfrutar de ella!

LECHE FRITA LIGHT (SIN FREIR, AL HORNO)

Para 12 cuadraditos como en las fotos

4/6 golosos

600g de leche desnatada

1 ramita de canela

La peladura de ½ limón

½ vaina de vainilla abierta por la mitad y rascada

70g de fécula de maíz

80g de azúcar (en vez de 100g)

1 huevo

Harina para rebozar

Azúcar y canela para rebozar

Reservamos 150ml de leche y calentamos los 450ml en un cazo junto con la canela, la vainilla y la piel de limón. Calentamos hasta que rompa a hervir y apartamos del fuego. Tapamos y dejamos infusionar unos 20 minutos.

Mezclamos muy bien la fécula de maíz con los 150ml de leche y el azúcar. Vertemos por encima la leche infusionada filtrada y devolvemos al cazo a fuego medio alto.

Mezclamos sin parar hasta que la preparación espese y quede bien densa.

Vertemos en una fuente, dejándola con un grueso de 1 dedo aproximadamente. Tapamos al contacto con papel film para que no se forme costra y reservamos en la nevera hasta que la mezcla esté bien fría. De la noche para la mañana es ideal.

Forramos una bandeja de horno con papel vegetal y calentamos el horno en posición gril a 230º.

Batimos el huevo en un plato y vertemos un poco de harina en otro plato.

Cortamos la masa en cuadrados del tamaño que nos apetezca y los rebozamos primero en la harina y después en el huevo batido. Escurrimos bien y vamos colocando sobre la bandeja del horno.

Horneamos en la parte más alta del horno hasta que empiece a dorarse bien para formar una costra que se sustituye a la de la fritura habitual.

Al salir del horno, podemos rebozar en una mezcla de azúcar y canela o como lo hemos hecho nosotros, espolvorear con un poco de azúcar y quemar con el soplete para que quede una capa caramelizada crujiente encima. Y una pizca de canela para rematar el asunto (le pongo muy poca canela porque a Polyanna no le entusiasma).

¡A disfrutar sin (muchos) remordimientos!

Bon profit!

Algunas explicaciones útiles o no tan útiles

* Podéis ver la receta original aquí.

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