Empezamos triturando 400g de albaricoques para obtener un puré algo grueso. Mezclamos con los albaricoques cortados por la mitad si son muy grandes, el romero limpio y el azúcar. Dejamos que el azúcar se funda un par de horas y mezclamos 2 o 3 veces durante este tiempo. (Lo podemos preparar de un día para otro dejándolo en la nevera, tapado con un papel film).
Ahora vamos con lo pesado de la receta: con la ayuda de un cascanueces, rompemos los huesos de los albaricoques para recuperar la “almendra” que contienen. Hay que tener un poco de fuerza y mucha paciencia pero realmente vale la pena. Cuando terminemos, cubrimos las “almendras” con agua hirviendo y al cabo de unos 5 minutos los colamos. Así les quitamos la piel marrón sin ningún tipo de problema. Con la ayuda de un cuchillo, las picamos y reservamos.
Antes de empezar a cocer la mermelada, retiramos la rama de tomillo, le quitamos la parte central dura y picamos las hojas muy finitas para que luego se confiten en la mermelada.
Ya podemos verter en un caldero para mermeladas los albaricoques con el azúcar, el romero picado y las falsas almendras picadas. Ponemos a fuego vivo hasta que rompa a hervir.
Removemos constantemente para que la mermelada no se nos queme.
Dejamos cocer unos 7/8 minutos después del hervor y probamos el punto con la prueba del platito*. En este momento podemos añadir la pectina según las indicaciones del paquete si la vamos a usar.
Hervimos 2 minutos más y ya podemos verter la mermelada todavía hirviendo en los potes previamente escaldados y los dejamos boca abajo.
Esperamos 48h antes de pasteurizar** la mermelada si no la vamos a consumir en unas semanas. Así duran varios años, ¡si no te las comes antes!
Bon profit!
Algunas explicaciones útiles o no tan útiles
* La prueba del platito
Para saber más acerca de mermeladas y como conseguir que te salgan perfectas puedes pinchar aquí.
Ya sé que existen varios métodos serios para averiguar si la mermelada está lista o no. Pero a mí, la que más me gusta, es la que solía usar mi abuela: cuando se empieza a preparar la mermelada, se pone un platito en el congelador y cuando se quiera averiguar si la mermelada está en su punto, se vierten una o dos gotas de mermelada sobre el platito. Si se corren en el plato, hay que añadirle algún tiempo de cocción. Si se aguantan, esto significa que la mermelada está lista.
Pero nunca hay que olvidar que todas las frutas no “cuajan” de la misma manera, o sea que la mermelada de fresa nunca será naturalmente tan firme que la de plátano por ejemplo.
** Pasteurizar mermelada casera
Suelo usar menos azúcar en mis mermeladas que en las recetas clásicas. Para que me duren meses (¡e incluso años!) a pesar de esto, siempre las esterilizo. ¿Cómo? Es muy sencillo: en la olla presión, 5 minutos al 2. ¡Y ya está! Así las puedo conservar varios años: algunas que se habían escondido incluso me duraron 3 años (más la verdad es que no lo sé porque ¡¡¡nunca he tenido mermeladas que duren tanto!!!).
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