Derretimos la mantequilla con el agua caliente en un cazo pequeño.
En otro bol, mezclamos la harina con la sal y el azúcar.
En un cuenco (con vertedor mejor) batimos el huevo con la vainilla y añadimos la mezcla a temperatura ambiente de agua y mantequilla. Terminamos añadiendo la mezcla de harina y azúcar, batiendo bien para que no queden grumos.
Nuestra masa ya está lista para usar.
Calentamos la máquina gofrera de cucuruchos (a los ¾ de su potencia en mi caso) y cuando está lista, vertemos un par de cucharadas, la masa sólo tiene que cubrir la parte central y poco más ya que al cerrar la máquina, la masa se irá repartiendo por toda la superficie.
Cerramos bien la máquina con el cierre que tiene y dejamos cocer aproximadamente 2 minutos, pero id vigilando porque algunos tardo 2 minutos, y otros 90 segundos y otros 150 segundos… El gofre tiene que estar dorado pero sin quemarse y pasa de un punto a otro en cuestión de segundos.
Mientras se cocina el gofre del cucurucho, preparamos un paño de cocina limpio plegado, el cono para darle forma al cucurucho y una espátula.
Cuando el gofre está hecho, hay que trabajar rápido: sacamos el gofre, y lo colocamos entorno al cono ayudándonos con el paño de cocina para no quemarnos. También tenemos que procurar que el cucurucho quede bien cerrado por abajo para que no vaya chorreteando el helado :o) El cucurucho endurece enseguida, por lo que hay que pillarle el punto pero enseguida daréis con el gesto correcto.
Cuando tengáis el cucurucho formado, lo dejamos enfriar en la rejilla y una vez fríos, si no los vamos a usar enseguida, los guardaremos en una caja de metal. Duran crujientes varios días así pero imagino que dependerá de la humedad del clima de cada zona.
También los podríamos decorar con chocolate u otras cosas, pero en casa tal cuales nos encantaron, poco tienen que ver con los comprados, tienen un interés en sí, más allá del helado que llevan dentro :o)
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
* cc: cucharita de café
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